viernes, 21 de febrero de 2014

‘¡Exijo una explicación!’

20/Febrero/2014 


Primer Tuit: ¿"Si alguien decentemente puede sostener que su caricatura fue humor, pedimos disculpas a quien sea". Siguiente Tuit: "¡Jóvenes: no se dejen engañar! Una infamia lo sigue siendo así sea con dibujitos". Tercer Tuit: "Qué bueno que la Ley de Comunicación ya impide juzgar en los titulares (o dibujitos) de la prensa. Imagínense si esto le pasa a alguno de ustedes por odio de un caricaturista". ¿El presidente Correa no tiene sentido del humor? Con esos tuits hasta podrías contar chistes al estilo de "¿Cómo se llama la película?

Concordemos en algo. Al presidente Correa no le causó risa la caricatura de Bonil sobre el allanamiento al domicilio de Fernando Villavicencio. Está bien, está en su derecho. Ahora bien, que por más Presidente de la República y líder máximo de la Revolución que sea, no le parezca gracioso algo, no significa que a nadie haya hecho reír la caricatura de Bonil. Todo lo contrario, miles de personas la han visto y la han encontrado jocosa. ¿Se puede "decentemente sostener" que la caricatura nos ha hecho reír? ¡Por supuesto! Es más, podríamos sostenerlo decente e indecentemente, porque el Líder Máximo tampoco está para decirnos qué es lo uno y qué es lo otro.

Que existan diferentes tipos de humor y diferentes sentidos del humor es casi un verdad de Perogrullo y nadie puede imponer su sentido del humor como único.

El presidente Correa, por ejemplo, piensa que está siendo muy gracioso, cuando llama a un colaborador "cabeza de zapato" y se burla de periodistas como "gorditas horrorosas" o de adversarios políticos diciéndoles "cobardes", "mamarrachos" o cualquiera de los cientos de calificativos que usa los sábados.

En realidad, podríamos cuestionar con más sustento este "humor" ofensivo que cualquiera de los comentarios gráficos de Bonil. Y para rizar el rizo, probablemente, el presidente quiso ser serio con los tuits publicados en su cuenta el pasado 7 de febrero, pero a mí me causa muchísima risa, pues me recordó a Condorito cuando recibía un poco de su propio chocolate o quedaba descolocado en un acto de humor y exclamaba: "Exijo una explicación".

En El sentido del humor de la argentina Roxana Kreimer, se dice: El humor es una herramienta crítica de gran eficacia. "Leí La Guerra y la Paz en veinte minutos. Es acerca de Rusia", decía Woody Allen en tiempos en que estaban de moda los métodos de lectura veloz.

El humor es un instrumento apropiado para promover la tolerancia, lo que llevó a Lichtemberg a escribir: "Nada determina más el carácter de una persona como la broma que la ofende". El humor es una demostración de grandeza que pareciera decir que en última instancia todo es absurdo y que lo mejor es reír, como aquel condenado a muerte que llevan a la horca un lunes y exclama: "¡Bonita forma de comenzar la semana!"

jueves, 20 de febrero de 2014

¡Se les acabó la fiesta!’

13/Febrero/2014 


“ ¡Gracias a nuestra ley de Comunicación se les acabó la fiesta! Esto es lo que acostumbraban estos cobardes. Juzgar en los titulares y no en los tribunales. O sea el inocente es Villavicencio y el corrupto soy yo que mandé a  allanar para sustraer documentación sobre casos de corrupción. Se han acostumbrado a esto. Es prohibidísimo señores en todo lado. No se puede opinar sobre un caso  que está en proceso. Estos quieren seguir hechos los dueños del país con su corruptela. ¡Se les acabó la fiesta! Aquí va a primar la verdad y el bien común. Escuchen cobardes, sicarios de tinta, se les acabó la fiesta!” Rafael Correa Delgado, Enlace Presidencial N.359 desde Pascuales, Provincia del Guayas

Así, entre comillas y de forma íntegra, citamos al Señor Correa, para que no haya dudas del sentido de lo que dice: la Ley de Comunicación es un mecanismo que los protege. ¿A quién? Dado que el Excelentísimo Señor Presidente de la República imbuido y protegido por la Majestad del Poder de la República del Ecuador habla en primera persona del plural (“Gracias a Dios ya tenemos quien nos defienda”), el sentido es claro: La Ley está para proteger a mandatarios, funcionarios y todo quienes ejercen, gozan, usan, adhieren al poder político.

¿De quién los debe proteger? ¿Quiénes representan una amenaza? ¿A quiénes se les acabó la fiesta? La respuesta, una vez más, está en las palabras del propio Señor Presidente: de los “sicarios de tinta”, unos corruptos y cobardes seres que están enquistados en unos espacios oscuros llamados “medios de comunicación”. acostumbrados a vivir de la corruptela y que sin Dios ni ley dictaban sentencias todos los días y a a quienes también se les acabó la fiesta...

El porqué no está claro. Porque la argumentación, en realidad, no se sostiene: "Los medios de comunicación se abstendrán, como debe de ser, de tomar posición sobre la inocencia o culpabilidad de las personas que están involucradas en una investigación legal o proceso judicial penal hasta que se ejecutoríe la sentencia, dictada por un juez competente." Y continúo: "Es prohibidísimo señores en todo lado. No se puede opinar sobre un caso que está en proceso."

En realidad,  en cualquier país del mundo, claro, se discuten públicamente casos judiciales, especialmente cuando tienen interés público. ¿Conocen, por ejemplo el Caso Gurtel? La investigación fue destapada por el diario español El País, a cuyos investigadores les fue concedido el Premio Ortega y Gasset de Periodismo. Por ejemplo. Por no hablar, de todos los casos judiciales que se ventilan diariamente frente a las cámaras de TV en EE.UU., Canadá, Inglaterra, Italia o cualquier país democrático.

Pero no solo eso. Las mismas autoridades ecuatorianas y la prensa bajo su control han tomado posiciones sobre casos judiciales, a cada momento. Sobre el mismo caso Villavicencio y Jiménez. Sobre los juicios de Chevron. Sobre decenas de casos sobre los cuales el Presidente ha dictado sentencias en las sabatinas, seguidos de los andes, ciudadanos, gamas, teces y telégrafos que componen el aparato de propaganda oficial.  Incluso, durante la campaña electoral: "Para mis amigos todo, para mis enemigos la Ley".

Los olvidos en la Ley

23/Enero/2014 


Ahora que en informe elaborado por ex periodistas para la Superintendencia de Información, se afirma que los caricaturistas "apoyan la agitación social" y "deslegitiman la acción de la autoridad” ya no debería sorprender que se cometan todo tipo de arbitrariedades, abusos e ilegalidades como el reformar una Ley Orgánica, por medio de un reglamento. Pero eso es lo que acaba de suceder con la expedición del reglamento general de la Ley de Comunicación y, no podemos dejar de sorprendernos: los medios de comunicación digitales también serán regulados tras la expedición, por parte del Ejecutivo, del Reglamento General a la Ley Orgánica de Comunicación (LOC).

En su artículo 3, bajo el título de “Medios en Internet”, el Reglamento establece que “Son también medios de comunicación aquellos que operen sobre la plataforma de Internet, cuya personería jurídica haya sido obtenida en Ecuador y que distribuyan contenidos informativos y de opinión, los cuales tienen los mismos derechos y obligaciones que la Ley Orgánica de Comunicación establece para los medios de comunicación social definidos en el Art. 5 de dicha Ley”.

Así que de golpe y porrazo, el Reglamento instaura el control sobre los medios digitales, pese a que el Art. 4 de la LOC establece que dicha Ley “No regula la información u opinión que de modo personal se emita a través de Internet”, según consta en el articulado.

Como sucede también con la Ley de Comunicación, que sufre de esquizofrenia aguda, en un artículo aparenta garantizar derechos, para en el siguiente párrafo arrasar con ellos; en el Art. 2 de dicho Reglamento, se excluyen del control y la regulación “los contenidos que formulen los ciudadanos y las personas jurídicas en sus blogs, redes sociales y páginas web personales, corporativas o institucionales”. 

Para la LOC, se consideran medios de comunicación social “a las empresas, organizaciones públicas, privadas y comunitarias, así como a las personas concesionarias de frecuencias de radio y televisión, que prestan el servicio público de comunicación masiva que usan como herramienta medios impresos, o servicios de radio, televisión y audio y vídeo por suscripción, cuyos contenidos pueden ser generados o replicados por el medio de comunicación a través de Internet”.

Pero, el Reglamento es un verdadero compendio de "capítulos que se le olvidaron a la Ley". Si en la misma ya se define lo que es “información de relevancia pública" y castiga el que un medio no publique lo que la autoridad considera que es "relevante", ahora se crea una nueva figura que en su carácter surrealista compite con el "linchamiento mediático", se trata de la "censura por omisión". Y se define de esta forma en el Artículo 11: "La omisión deliberada y recurrente de información de interés público se configura como censura previa cuando dicho ocultamiento se hace con el fin de obtener de forma ilegítima un beneficio propio, favorecer a una tercera persona y/o perjudicar a un tercero."

De esta forma, se ha completado el cerco de censura en el país.

La fiesta en paz

09/Enero/2014


Si uno desglosa lo sucedido entre las últimas semanas del 2013 y los primeros días del 2014, no se puede salir del asombro sobre la cantidad de abusos que, sin despeinarse,  han cometido quienes poseen el poder político. Con el mayor cinismo, dispuestos a enviar un mensaje muy claro a cualquiera que se atreva a protestar, expresar su disidencia o, peor aún, a tratar de estructurar algún tipo de oposición al modelo que se va extendiendo como una densa capa de neblina por todos los rincones. A eso coadyuva el silencio cómplice de mucha gente. El silencio  de todos los que prefieren seguir haciendo buenos negocios o seguir cobrando del Gobierno.

O el silencio que se impone con las mordazas llamadas Ley de Comunicación y Decreto 16. Y una vez más, el silencio cómplice de gran parte de la sociedad, incluyendo políticos y académicos, que ya ni siquiera hablan del “proyecto”, sino que prefieren  mirar para otro lado.

El silencio de una seudo-oposición de juguete, que no se atreve a poner los puntos sobre las íes. O que no entiende lo que es el Ecuador de 2013 y lo que pasa en el tejido social, como bien señaló un excelente análisis de José Hernández, publicado en este Diario.  Pero, el más doloroso es el silencio de todas esas “buenas” gentes que prefieren tener la fiesta en paz, antes que meterse en líos: 

“Esa, ¿cómo se llama? 

- Pachamama

(Esa misma) …Es una fundación y, además, recibe fondos del exterior y eso es sospechoso”. 

“Y esos otros. Los del MPD, profesores, comerciantes informales, estudiantes son unos tirapiedras”. 

“O ese Cléver Jiménez se buscó que allanen su casa y oficina y se lleven las computadoras con la pornografía de funcionarios y con los documentos de unas denuncias temerarias.  Y qué decir del Villavicencio… Si le allanaron la casa con hijos y esposa en paños menores, no importa. Es sospechoso que haya sido sindicalista, activista, asesor de Jiménez y al mismo tiempo periodista. Y ya el Presi, dijo que ese no es periodista”. 

“Y ese tal caricaturista Bonil, algo ha deber hecho. Y por no hablar de esos periodistas vendidos al Imperio que hasta quisieron buscar financiamiento para hacer un medio de comunicación. Son los más sospechosos: periodistas pagados por el Imperio”.

“- ¿Y los chats a Pedro Delgado en los que el Fiscal intercede a favor de una empresa y le dice que se cuide, cuando ya había confesado un delito? 

¿Pedro quién?”

“- ¿Y el debido proceso con Pachamama?

¿Debido qué?”

“-¿Y la acusación para justificar la acción contra Jiménez y Villavicencio?

De qué hablas, si ellos espiaban al Presi. Mejor no mezclarse con esta gente. Vaya a ser contagioso. Vaya a ser que por salir en la foto con ellos, me quiten lo mío. Y es que es mejor callarse para tener la fiesta en paz. Para no molestar a nadie. No importan que el Presi sigue abusando del poder estatal. Al final se llevarán todo en las próximas elecciones y seguirá siendo el Mejor Presidente de todo el Universo”.

El aparato de difamación


20/Diciembre/2013 


No es nuevo que un Estado opresor entre sus herramientas acumule un enorme poder mediático para construir finalmente el aparato con el cual se de el salto al "Estado de propaganda". El aparato se nutre obviamente de burocracia, ministerios, secretarías, superintendencias, consejos, intendencias, comisarios, relacionadores públicos, abogados y todo el que pueda servir a la construcción de la verdad oficial. Y también de medios y periodistas cuya única misión es crear el entorno ficticio sobre el cual se pueda construir la veracidad de las mentiras oficiales repetidas mil veces para convertirlas en verdad. En realidad, se tratan de operadores políticos disfrazados de periodistas. Poco más.

En el actual estado de cosas, tenemos muchos ejemplos de cómo actúa el aparato de proaganda. Los ejemplos y las víctimas de las difamaciones oficiales se acumulan: la profesora Mariana Pallasco, el activista Carlos Zorrilla, el cantatutor Jaime Guevara, la periodista Jeanette Hinostroza, las fundaciones Pachamama y La Hormiga. Son los más recientes de una lista, en donde puedo incluirme en primera persona, incluir a la organización que dirijo, Fundamedios, al director de AEDEP, Diego Cornejo, a muchos de los periodistas, editores y editorialistas de este Diario. A varios se nos ha inventado, incluso, una biografía, la cual replicada por decenas de medios oficiales y para-oficiales, se convierten en certezas o, peor aún, en dudas.

A la profesora Mariana Pallasco se la calificó en varios enlaces sabatinos y en cadenas nacionales de mentirosa, "doble moral", irresponsable. Se trata de una clara represalia por la participación de la ex-presidenta de la UNE en las audiencias de la Comisión Interamericana de DDHH, práctica gubernamental que ya es casi habitual. Pero, ¿qué pasó cuando la Maestra pidió el derecho a la réplica y demostró con documentos que decía la verdad en sus denuncias ante el más alto organismo de DDHH? Pues se respondió como suele responder el aparato de propaganda en estos casos: con el mayor cinismo se le dijo que debía primero ganar una elección para que se escuche su voz en una sabatina, o se la agravió varias veces más o simplemente se le dijo que concurra a cada canal donde el Gobierno había ordenado que se la difame, para que pida allí el derecho a la réplica.

A Carlos Zorrilla se le imputó la autoría de un manual de resistencia pacífica que se lo presentó como un texto que prácticamente era un llamado a la subversión con una serie de afirmaciones como la de llevar "niños en brazos" a las manifestaciones como escudos humanos, lo cual jamás había sido planteado por el activista. Sin embargo, jamás se rectificó, sino que se ha difundido la idea de un peligroso "cubano" que agita la zona de Intag. Ahora, Amnistía Internacional teme por su integridad.

La última pieza de esta colección de la infamia, es lo publicado en uno de los diarios que sirven de operadores del "Estado de propaganda" contra las fundaciones Pachamama y La Hormiga. La primera disuelta bajo el "Decreto 16 y con acusaciones de alterar la paz pública y la segunda bajo investigación, por la misma razón. Se ha dicho por ejemplo que los "ideólogos" de Pachamama" son estadounidenses, como si fuera delito serlo y de los segundos que reciben millones, cuando son voluntarios que no cobran ninguna remuneración por la defensa de sus convicciones.


We can't stop

12/Diciembre/2013 

Miley Cyrus acaba de ser nombrada artista del año por MTV, lo cual no es ninguna sorpresa luego de la famosa perfomance en los premios de la misma cadena televisiva, dónde la artista perrea y se frota con otra de las estrellas juveniles del año, Robin Thicke.

No hay sorpresas, entonces, al final del día, nadie mejor que Miley Cyrus representa la rebeldía sobre producida y lo sexualidad orientada a lo genital hasta llegar a lo grotesco, que bien pueden ser considerados como el signo de la época. 

Sin embargo, basta ver el que bien puede ser considerado el vídeo del año, We can’t stop para saber que tras la improbable propuesta artística y el rompimiento de estándares no hay más que puro espectáculo y cero autenticidad. Igual, a estas alturas, esto de la autenticidad parece ser un valor menor. Porque lo que cuenta es la exposición, el número de seguidores en Twitter y Faceboook, las reproducciones en YouTube y el número de apariciones en los programas de farándula. Y lo debemos reconocer, Miley Cyrus ha desbancado a Lady Gaga, en cada una de esas categorías. Claro que en la Gaga hay una búsqueda estética.

En We can’t stop, en cambio, la Cyrus revela las costuras de sus propias limitaciones. Bien, planteaba Eliane Brum en un artículo publicado hace poco en El País  de España llamado “La Vagina” que: “Y no me parece que la respuesta para la violencia generalizada contra la vagina y el deseo sexual femeninos sea transformarse en una atleta sexual con orgasmos circenses. Este es un patrón para el consumo y para el mercado que responde más a la imagen, también estereotipada, del que sería el comportamiento masculino en la cama. Suena como respuesta a la represión histórica, pero en la práctica está más para un embalaje agradable y engañoso para la misma represión, en la medida en que no deja de ser otra tentativa de control sobre el cuerpo y el deseo femenino. La imagen de la atleta sexual, determinada y agresiva, puede ser solo otra prisión para las mujeres. La vagina y el deseo femenino, diferentes en cada una, son más complejos y potentes que eso. Merece la pena recordar que, en la pornografía, la mujer que expone su vagina, su ano, su desnudez en cada detalle y en primer plano es aquella de la que menos sabemos.”

Miley Cyrus no pierde ocasión para tocarse y mostrarnos su trasero. Sin embargo, hasta el gesto de comerse los billetes de 100 dólares en un sándwich aparecen falsos. Como si a falta de revolución real, fuera necesario montar el espectáculo de la revolución. Y especialmente de la fallida revolución sexual. Y de esto último, en el Ecuador pintado de verde flex, lo conocemos bien, hasta el punto que se convirtió en la causa del silencio obligado, personal, pero más que nada colectivo.

Arbitraried

05/Diciembre/2013 

La  tarde de ayer  se “disolvió” a Fundación Pachamama, organización de la sociedad civil que defiende la conservación del medio ambiente y que ha sido una de más activas en la defensa del Yasuní.

Integrantes de la organización, además, protestaron la semana pasada en contra de la concesión de nuevos bloques petroleros como parte de la Undécima  Ronda Petrolera. Allí, al parecer, se lanzaron consignas y, al parecer, lanzas, en contra del embajador de Chile, Juan Pablo Lira y a un empresario bielorruso. En realidad, la decisión sobre el cierre de la Fundación Pachamama se anunció el mismo sábado, durante el enlace presidencial. Al tiempo, que se iban exhibiendo los rostros de los activistas implicados en la protesta,  el presidente de la República señaló  que seguramente se iba a protestar y citar la libertad de asociación, el momento en que se cierre a Pachamama, por hacer política. 

El operativo de cierre fue coordinado desde el Ministerio del Interior y fue anunciado de forma oficial: “La Intendencia General de Policía de Pichincha, por resolución del Ministerio de Ambiente, cumplió este miércoles con la imposición de sellos de disolución de la organización no gubernamental Pachamama. El motivo para dicha decisión tomada por el Ministerio del Ambiente es la desviación de los fines y objetivos estatutarios; y, por injerencia en políticas públicas atentando contra la seguridad interna del Estado y afectando la paz pública, según lo determina el Reglamento del Sistema Unificado de Información de Organizaciones Sociales, artículo 26, numerales 2 y 7.”

En la resolución del Ministerio del Ambiente, además, se cita a la Fundación Hormiguitas, que está situada en la ciudad del Puyo. Seguramente, cuando salga este artículo, esta organización también habrá sido cerrada.

Este gravísimo hecho, refleja con nitidez la arbitrariedad con la se administra actualmente el Ecuador y la indefensión que tenemos quienes hacemos escuchar voces críticas contra políticas de Gobierno. Sencillamente, el presidente de la República decide ante sí, en el show de los sábados, pocos después actúan las autoridades. 

Como el Decreto 16, establece un marco legal absolutamente abierto a la interpretación de las autoridades, simplemente se cita esto de la “injerencia en políticas públicas atentando contra la seguridad interna del Estado y afectando la paz pública” para que los funcionarios pueden actuar sin ningún proceso previo, ni las organizaciones tengan la más mínima oportunidad de defenderse. Se ordena el cierre y se cierra, aunque ello al final del día viole garantías establecidas en la misma Constitución para los ciudadanos que nos queremos agrupar, incluso para ser críticos con el poder. 

¿Esto significa avalar algún acto de violencia? Para nada. Pero en una democracia o en un estado de derecho, un juez debe ser el que establezca responsabilidades y sanciones. No puede ser que los derechos fundamentales estén sujetos a las veleidades del público que asiste al show presidencial de los sábados.

Todo comienza con amenaza

28/Noviembre/2013


EL 23 de noviembre, sábado, se conmemoró el Día Internacional contra la Impunidad. La idea es llamar la atención de la sociedad, los Gobiernos y los organismos internacionales sobre la existencia de “una cultura de la impunidad que estaba alimentando un clima en el que algunos podían cometer crímenes sabiendo que podrían marcharse sin consecuencias”, como señala la directora general de IFEX (red internacional que agrupa a más de 80 organizaciones que defienden la libertad de expresión en 60 países), Annie Game. 

Pero, qué es la impunidad. ¿Únicamente se puede hablar de impunidad cuando se asesina a un periodista y se simulan investigaciones para que los culpables no paguen por ello? De esto, lastimosamente, tenemos abundantes muestras en América Latina. Colombia y México son los rostros de este tipo de impunidad. No obstante, no es el único. En realidad, el asesinato de periodistas es el último paso de un clima de violencia que en la mayor parte de casos empieza con una o varias amenazas, que generalmente no se investigan, no se las toma en serio o incluso, las autoridades fomentan y celebran.

En el informe sobre el estado de impunidad de IFEX, Grupo de América Latina, que se presentó el pasado jueves 21 en La Paz-Bolivia, se cita a Frank La Rue, Relator Especial para la Libertad de Expresión de la ONU, quien  al presentar su informe al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra el 19 de junio de 2011, afirmó que "el problema para asegurar la protección de periodistas en todo el mundo no está en la falta de normas internacionales, sino en la falta de capacidad o de voluntad de los gobiernos de aplicar medidas eficaces". Y se puede añadir que (impunidad) “se puede entender que implica permitir que graves agresiones contra este derecho queden sin castigo, bajo un clima de permisividad de parte del Estado.” Pero, ¿qué sucede cuando la impunidad no es una “falla” del sistema. Un efecto no deseado de las carencias en los sistemas de Justicia de un país, sino más bien la impunidad es parte de un modelo que exige el control de la prensa y que como parte de ello fomento el castigo y la amenaza en contra del pensamiento crítico?

En nuestro país las amenazas, agresiones, cierre de medios, impedimentos de cobertura, enjuiciamientos, establecimiento de un cerco legal restrictivo, no solo no son rechazados y condenados por el Gobierno y sus agentes. Todo lo contrario, se genera un ambiente de hostilidad, se denigra y difama periodistas y medios de comunicación de forma sistemática, se exhiben los rostros de trabajadores de la prensa. Por esa razón se eligió como caso paradigmático el del periodista Martín Pallares, quien ha sido denigrado por altos funcionarios, ha sido desafiado a darse de golpes por el presidente de la República, ha sido amenazado de muerte e invitado a “irse” del país por los partidarios del actual estado de cosas. Sin embargo, hasta ahora no se conoce de alguna acción real de las autoridades para frenar estas agresiones. ¿Cómo podría suceder algo así, si son  propiciadas por ellas mismas?